lunes, 28 de noviembre de 2011

Errores

Una amiga me dice que soy un estúpido al considerarme heredero de los errores ajenos, que acepto sin rechistar mis caprichos como sentencia divina, y que así no voy a ninguna parte. Una amiga me dice que no desconfíe de mí, que sea yo mismo, que mis culpas son de otros. Una amiga me dice y he de reconocer que tiene razón, porque no soy el hijo pluscuamperfecto de unos padres que no tengo, y menos la persona insatisfecha encadenada de por vida a errores que no deberían ser mi sombra. Una amiga me dice que me quiera. Y a ella.

-Cuando me quise comprendí que estaba donde quería estar, en la hora correcta y en el momento exacto en cualquier circunstancia; hoy sé que eso se llama autoestima.
-Cuando me di cuenta que mi angustia y sufrimiento emocional no pasa de ser una señal de que voy en contra de mi mismo, supe que eso era autenticidad.
-Cuando dejé de desear que mi vida fuese otra y comencé a ver que todo lo que sucede a mi alrededor contribuye a mi crecimiento, supe que eso era madurez.
-Cuando comencé a entender cómo de ofensivo es forzar alguna situación o a alguien solo para realizar mis deseos, aún sabiendo que no es el momento o que esa persona no está preparada o no quiere, supe que eso era respeto.
-Cuando me amé comencé a despojarme de todo lo que no era saludable, tanto personas como compromisos, todo y cualquier cosa que perjudicara mi ánimo. En principio, mi razón me llamó la atención acerca de esa actitud egoísta, ahora sé que se llama amor propio.
-Cuando encontré tiempo libre entre tantos asuntos inaplazables pude hacer planes, cuando abandoné proyectos a largo plazo, cuando hice lo que consideré correcto, lo que me gusta, lo quiero y a mi ritmo, supe que eso era sencillez.
-Cuando desistí en tener siempre la razón cometí menos errores, y entonces descubrí la humildad.
-Cuando dejé de revivir el pasado, de preocuparme por un futuro incierto y me mantuve en el presente, que es donde la vida realmente ocurre, supe que era feliz y que es aquí donde tengo que estar. Aunque sea de soslayo...

Hoy ya no me duele recordarte; he decidido vivir el día. Y sin embargo te quiero...

No hay comentarios:

Publicar un comentario