Los recuerdos

Los recuerdos es un asunto sin resolver para mí. Siempre digo que pagaría para que nadie me recordara mis olvidos. Y no es por mi mala cabeza de ahora que no quiera compararla con mi buena cabeza de antes, o porque tenga algo de que arrepentirme, es que si son mis olvidos lo son y punto. Tengo que resolver este asunto que es un verdadero dilema. (Va por ti, Juani).

Todos tenemos en algún lugar de la memoria recuerdos acumulados, algunos están escondidos, son los olvidos que no olvidados. Si son olvidos, es al margen de nuestra voluntad, es que nuestro subconsciente los tiene fuera del recuerdo activo para protegernos. Sin duda no es por descuido. Que la mente nunca obra sin razón. Los recuerdos, buenos y malos -que no los olvidos, aunque sean recuerdos igualmente-, los tenemos revueltos en la memoria, y eso no es sano porque se pueden confundir, lo sano sería que los diferenciáramos claramente unos de los otros con algún sistema que evitara la confusión, que los unos nada tienen que ver con los otros. No quiero pensar que se pudiera confundir algún buen recuerdo con otro malo. Pero si ocurriera, que la razón no fuera porque no mereciera la pena ser recordado. Si fuéramos ordenados no tendríamos estos problemas. Sin embargo, y dada nuestra facultad innata para el desorden, lo mejor que haríamos para diferenciar claramente los recuerdos y tener la certeza de que los buenos estuvieran juntos, sería habilitar ese lugar de la memoria por departamentos, y separar los buenos de los malos, también objetos de valor o fragmentos de verdades personales, incluso de verdades incontestables. Estos departamentos llevarían una cerradura de seguridad y estarían construidos de un material robusto a prueba de balas (las carga el diablo), para impedir que su contenido se desparramase y pudiera provocar un milagro ¿? Porque todos los recuerdos que guardaríamos tendrían esa propiedad al ser benditos; los malos recuerdos sabiamente los habríamos desechados. (De los olores de oncología, querida Juani, hablaremos otro día, pero ya te anticipo que para ellos no tengo solución).