"Si la ves dile que me has visto mejorado y que hay alguien a mi lado que me tiene enamorado que los días se han pasado y ni cuenta yo me he dado, que no me ha quitado el sueño y que lo nuestro está olvidado. Dile que yo estoy muy bien que nunca he estado mejor, si piensa que tal vez me muero porque ella no está, que va dile que al final de todo se lo voy a agradecer aunque pensándolo bien mejor dile que ya no me ves". Franco de Vita.
Triste de morir es andar sin metas porque no llegamos más allá de lo que nos proponemos. Pobre del que se estanca y se consuela todo en uno, y más se convierte es una simple masa que moldea a su antojo el panadero de abajo, el maligno. Huyamos pues de los que temen decidir y trascender y acerquémonos a los que actúan para dejar huellas positivas en el camino, caminante. Hay que amar a la vida, al amor, a lo que se hace; hay que amar para no ahogarnos en el desamor de los que solo cantan sus miserias. No debemos conformarnos con levantar la mano para pedir ayudas o subvenciones. Dependamos de nuestro propio esfuerzo para triunfar. No nos perdamos en la cotidianidad del tiempo que dedicamos a dormir y a preocuparnos por lo mismo. Por darle tiempo al tiempo hasta el punto de quitarnos el tercer día destinado a resucitar. Qué triste de morir aquél que se entrega al olvido por carecer de iniciativas e ilusiones de trabajar por sus ideales, por sus sueños. (Lo que verdaderamente importa está en nuestro interior, y son acciones que enamoran, que engendran esperanza). Emociones creadoras.
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