jueves, 10 de noviembre de 2011

Un Ángel: Shakira. Y se acabó

No sé si hoy será o no ese gran día, quizás el más grande de mi vida. Hablo de un Ángel: Shakira. Lo cierto es que no puedo dejar de pensar en ella. Mi esposa se ríe de mí. Dice que todo exceso es malo, y que lo mío con Shakira es una obsesión que acabará perjudicando mi salud mental. Me pregunta si he hablado con ella (dice ella, pero no se refiere a Shakira sino a mi psiquiatra). Le contesto que no he hablado ni con una ni la otra. Mi esposa tiene celos de Shakira... Ay, y yo una obsesión, fijo: tiene razón mi esposa. Una conducta obsesiva pensar siempre en Shakira. Es dañino para mi psique mantenerme dando vueltas dale que dale y dale siempre con lo mismo. Son elucubraciones nocivas fruto de mi imaginación. Pienso en ella demasiado. Lo curioso es que no sueño con ella, solo pienso. Y eso ciertamente es un problema para mi mente que confronta la eventualidad de los hechos. Todo lo cuestiono. Mi vida es un problema imposible de resolver. Es una excesiva inmersión mental en todo lo que acontece a mi alrededor. No tengo asuntos propios, mis asuntos son los de todos, y eso provoca en mi una sobrecarga, una acumulación de preocupaciones que me hace anticipar lo peor siempre. Lo malo, lo dañino, lo que no puedo evitar se apodera de mí, y todo es susceptible de empeorar, Murphy. He de evitar que la realidad me siga haciendo daño, he de desaprenderme de ella como sea. (Nadie puede vivir una felicidad mejor que el amor que se entrega al deseo).

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