Antes decía acerca de la envidia. Y ahora, quiero decir alto y claro, que estoy escuchando "El concierto de Aranjuez" (con tu amor) del maestro Rodrigo, y que ya es hora de que alguien me tenga envidia sana. Escuchar música clásica, eterna, bendito maestro Joaquín Rodrigo, es una delicia. Y deja meridianamente claro que, como dice Eduard Punset, "lo que es evidente es que hay vida antes de la muerte".
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