La forma de los árboles responde al viento que ha pasado a través de ellos. Creo recordar que fue el poeta griego Yorgos Seferis quien comparó la huella que deja en nosotros la vida con la forma de los pinos atravesados por el viento. Cada rama es un diálogo entre la voluntad de crecer y las cosas que nos envuelven, nos empujan y nos hacen. (Luis García Montero).
Desde luego crecemos, eso es ley de vida, ahora si crecemos a lo tonto, eso es una otra cosa. No leemos poesía, tampoco dialogamos con ánimo de aprender más y querernos mucho más. No miramos, no vemos, tan siquiera observamos. Nadie nos empuja y estamos verdes: no nos hacemos. Ni nos enteramos de que el lucero del alba emite una luz que se origina a millones de años luz antes de traspasar las pupilas de unos ojos de color negro azabache integrados en un rostro fatigado. El lucero del alba llega cada día para alumbrar la penumbra y animar a querer sin ambages: de nada sirve tener el corazón cerrado a la ilusión. "Caminante no hay camino". (El silencio y la apatía confinó el anhelo que solo el amor libera). Gracias.