jueves, 9 de junio de 2022

Tendré que olvidarla.

Mantengo una relación de amor verdadero con una amiga y me he dado cuenta de que no existe; le hablo de mí, de ella, de nosotros, y no me contesta. Tal vez hablo de mí para mí. No puedo deshacerme de su amor, ni de su irrealidad, porque está en mis ensueños y paranoias de profundos recelos. Incluyo la muerte, pues hoy soñé con la muerte. (Por favor, no tomen en serio lo que escribe mi ordenador que me ordena. A no ser que el amor ande de acá para allá con sus anhelos). Soñé con la muerte, pero no la mía, ni la de ella, por Dios; soñé con la muerte como distancia cercana. Hay distancias más cercanas que nuestra íntima relación... Una amiga confunde intimar con intimidar y me hace daño. Quiero saber si todo va bien en su vida y si ha despejado dudas. El amor si no es recíproco es desamor. ¿Será indispensable el dolor de la muerte para que cambie esa manera tan suya de querernos con reproches y a escondidas? Hay historias que merece la pena contar y misterios que no merece la pena resolver. ¿Se habrá dado cuenta de que soy un sociópata bien integrado? Tendré que olvidarla. Gracias.

4 comentarios:

  1. La esperanza es lo último que se pierde.

    Es mejor haber amado y perdido que jamás haber amado

    Saludos

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  2. La esperanza y amar sí, haber amado amado... No sé yo. Eres muy amable, Carlos. Gracias.

    Salud.

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  3. Vivo por encima de mis posibilidades y analizo el día que vivo hasta el dolor. Muchas gracias por dejar tu comentario. Beso.

    Salud.

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