-Hola,
-¿Otra vez?
-Tranquilo, acabaremos siendo amigos...
-¡Jamás!
-Todo llegará, de momento coge aire y respira hondo.
-Cuando me dieron el alta me aseguraron que no volvería a saber de ti...
-¿Tan mal te trato?
-Peor.
-Como quieras, pero dejémonos de cháchara...
-¡Quiero que te vayas!.
-Me iré después de hacer lo que tengo que hacer. Vamos a ello. El caso es que esta vez tenía previsto comenzar con unos ejercicios simples... al acostarte, por ejemplo, que sintieras como se balancea todo, y además, porque tenemos que avanzar, había previsto que aparecieran luces en la noche y seres de otros mundos que te vigilaran y te rompieran la ropa.
-¿Por qué me haces esto?
-Te tiene que quedar claro que yo no te hago nada, eres tú mismo.
-¿Por qué no me dejas en paz?
-¿Compasión? "El intento fue fallido". ¿Recuerdas?
-¿Hasta cuándo me lo vas a restregar?
-Hasta que no dejes de creerte inmune a tus actos desordenados... Acabarás tarde o temprano apreciando las ventajas de considerarme tu amigo, así, mientras sigas eligiendo para el "aterrizaje" el bajo comercial con toldo de tu amiga, más imposible se hará tu tiempo. Pero ese no es mi problema. Vamos a "lo nuestro", también tengo previsto que comiences a tener reacciones violentas contra personas de tu entorno, y contra ti, naturalmente. Pequeñas marcas con cuchillas de afeitar por el cuerpo. Y con broncas, sí, me encantan las broncas. Por cierto, no me gusta que hables de mí con ella. Te conviene, por tu bien, que te olvides de mí cuando no estamos solos...
-¡Le hablaré de ti, no me importa lo que me hagas, sé que ella me puede ayudar!.
-¿Ella ayudar? No seas iluso o no tendré piedad. Decide.
-Me dará algo contra ti: consejos, pastillas, lo que sea contra ti. Contra ti quien seas.
-¿Contra mí? Estúpido, contra mí no existen medicamentos, además, yo haré que te sientas libre, es mi mejor grandeza mezquina.
-Tú no formas parte de mí. No eres nadie.
-Tonterías, tú y yo somos uno. Ya ves, pretendía dejar para más adelante lo de las sombras y pienso, al verte tan desafiante, que comenzaremos ya. Así aprenderás.
-¿Qué sombras?
-Vale pues, desde hoy estarás permanentemente en guardia. Verás a gentes por la calle que quieren hacerte daño... Y sabrás quiénes son e intentarás hablar con ellas para pedirles explicaciones y al instante se convertirán en sombras y los temerás. Jamás volverás a salir a la calle solo (sin mí). No te atreverás a desafiarme...
-¿Y hasta cuando todo "lo nuestro"?
-Hasta que elijas un día en el que tu amiga tenga recogido el toldo. ¿Comprendes?