¿Quién escucha la verdad del pueblo?
Nuestra clase dirigente prefiere morir de éxito que atenerse a las consecuencias que ha generado su desdichada gestión. Han distraído tanto la realidad que ni la venida de Jesús el Cristo nos redimirá. No sabrá por dónde empezar. Eso fijo.
¿Pero quién escucha la verdad del pueblo?
Desde el confort no se aprecia la realidad de la inmensa mayoría del pueblo que vive un auténtico calvario para llegar a fin de mes.
¿Quién escucha la verdad del pueblo? Insisto.
Sabrán disculpar por sacar una miseria familiar a pasear: Ayer, Patricia acercó a mi esposa al hospital para una revisión médica -todo bien, gracias-, pero antes, -tenían tiempo, hoy en día sobra tiempo. (¡Hay que joderse, dona, tiempo, nos sobra tiempo, quién lo diría...!). Fueron al carrefur a comprar un poco de esto y aquello, y mientras visitaban al médico, o al revés, les entraron en el coche y llevaron la comida. Ni una chaqueta de piel ni unas gafas de sol ni un desperfecto a considerar en el coche. Me llamaron enseguida: ¿qué hacemos, lo denunciamos a La Guardia Civil? A Rajoy, a La Guardia Civil no. Que el gobierno se haga cargo del tique de compra. Leche, pan y poco más.
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