Aunque cueste creerlo, no me tocó la
Lotería de Navidad. Afortunado en amores, ya amanecerá otro día y aiga salud. ¿Y si toca? Pero qué estupidez. A más pobreza más lotería... sin embargo, a más amor más poesía y no le damos la importancia
que merece. Si ves amanecer, recibe el día con una sonrisa y pinta
de colores tu contorno. Comenzar el día con una sonrisa es la mejor
aptitud para enfrentarse a la cotidianidad. Y si llueve, no seas
burro, saca el paraguas y ábrelo. No es malo que llueva, a no ser
que llueva como llovió estos días en Valencia. Aquello no era llover, fue otra cosa peor que acabó
con la cosecha de naranja aún por recoger. Les Seniaes siguen inundadas. Pero hay consuelo, de aquí a unos días lucirán su propio encanto y volverán a ser el lugar
donde se juntan las vidas paralelas, el paraíso donde todo comenzó, pero el daño ya está hecho (hágase tu voluntad). Que nos las tenemos que arreglar, vaya. Son malos tiempos, tiempos de desarraigo, ¿qué si volvemos al amor, aunque sea sin poesía? Conviene tener a mano la esperanza, no para comprar la lotería que nunca toca, sino para pintar una sonrisa en el alma herida de la amiga ida (tienes mala cara y peor cuerpo: hoy no cambiarías tus caderas de acera). Ni un beso, ni un te quiero. ¿Vale un café amargo sin aroma a café rancio? Todo es mentira, ay, nada es amor. Se fue y
dijo que volvería por Navidad, y volvió cargada de
indiferencia. Joder, dona, algunos solo aprendemos sufriendo. Gracias... (de
nada).
Ayer.
Ayer pasó el pasado lentamente
con su vacilación definitiva
sabiéndote infeliz y a la deriva
con tus dudas selladas en la frente.
Ayer pasó el pasado por el puente
y se llevó tu libertad cautiva
cambiando su silencio en carne viva
por tus leves alarmas de inocente.
Ayer pasó el pasado con su historia
y su deshilachada incertidumbre
con su huella de espanto y de reproche
fue haciendo del dolor una costumbre
sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas con la noche.
Autor: Mario Benedetti.