miércoles, 23 de noviembre de 2016

Los irresponsables.

Luego de los acontecimientos acaecidos, hemos aprendido de lo que son capaces los irresponsables. La irresponsabilidad de unos y otras raya la locura y la ignorancia supina al tratarnos como corderos a la espera de que venga un lobo. La irresponsabilidad pues, nos debiera obligar a estar a la defensiva y aprender mientras se mantengan firmes en el incumplimiento del deber que se cronifica. Los políticos meten la mano en el Erario y los empresarios amigos de Rajoy en el bolsillo de los trabajadores. O cambiamos las cosas o no alcanzaremos el grado de prosperidad que nos permita vivir con desahogo. A la ciudadanía les llueven desprecios y no hay paraguas para tanto irresponsable. O cerramos el grifo o acabarán tragándose el país. Por ahí se podría comenzar, por cerrarles el grifo, ir a los juzgados y denunciar las tropelías, cada cual las suyos para que todos, porque todos y todas tenemos ejemplares. Defendamos nuestros derechos... No existe un perfil delictivo para catalogar a los irresponsables. Si confiables en un escaso periodo de aprendizaje aparecen en los medios de comunicación entrando en los juzgados imputados o con las manos llenas camino de la tan preciada impunidad en algún paraíso. Seguirá habiendo corruptos porque una mano tapa a otra, falta voluntad política y faltan jueces; y una ciudadanía responsable que diga estamos hartos y hasta aquí hemos llegado. Vivir es un regalo y una decisión, y sobre todo una necesidad. Séneca dijo: "No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene la oportunidad de ponerse a prueba". Gracias... (de nada).

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