viernes, 18 de noviembre de 2016

Lo siguiente.

¿Por qué cuando voy a comprar pan una joven me trata de usted? La pregunta aún no tiene respuesta.

Días atrás escribí acerca de una joven y el daño que me hace al tratarme de usted. El caso apunta que la realidad de verdad es diferente. La pregunta de arriba aún sin respuesta me lleva a otra: ¿Soy viejo o lo siguiente? Soy viejo por fuera y no quiero dar la impresión que también lo soy por dentro porque no lo soy. Por fuera vale, tengo los años que aparento, pero por dentro tengo treintaitantos y nomás.

Hoy la joven me ha vuelto a tratar de usted, le dije que por favor no me tratara de usted que me partía el corazón, pero la joven es muy educada y me sigue tratando de usted a pesar de los pesares. El caso parece no tener arreglo porque no lo tiene. Soy viejo y además lo siguiente. Pero hay más: la dama que me lee en silencio ya no me lee: ni siquiera le intereso como diana de sus desaires; y los muy usureros que antes me daban caramelos mientras mis hijas hacían sus gestiones ahora no me dan caramelos y además me cobran mantenimiento de cuenta; y Rajoy sigue igual de estupendo; y el PSOE no sabe no contesta y no ato cabos; y mis otras amigas idas me ignoran más distraídas que siempre. (Al cierre de la tontería me cuentan que a de soslayo le ha salido un galán de noche. Vivir para creer). Si ya lo decía mi paisano Campoamor y Campoosorio, don Ramón: "Y es que en el mundo traidor nada hay verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira". Falsa, de toda falsedad, es la realidad que me toca vivir. En serio, antes de que acabe el año, y después de hacer las paces conmigo y una amiga allende los mares, me tiro al monte. Llegué a viejo y siento en el alma que no todo el mundo llegue. Soy asturiano, resido en Valencia, y pertenezco a la parte contraria, o sea, a esos que no mienten, roban, ni defraudan a Hacienda. Me siento desahuciado y no es por los años. Ni por lo siguiente sea lo que sea. Gracias... (de nada).

2 comentarios:

  1. ¡Muero! Tus palabras inyectan sentimiento puro.
    Gracias por no olvidarme.


    Un besote


    Buenas...

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  2. Muy buenos...

    Eres muy amable. Gracias.

    Salud.

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