martes, 22 de noviembre de 2016

Sé fuerte, Kristel.

La necesidad cuando no es innecesaria. Ni falta que hace.

Kristel se quiere morir. Solo de oírla me entra repelús. Me cuenta y nada de qué preocuparse: su locura comienza cuando empiezan las rebajas en la trapería. Antes las rebajas empezaban en enero después de Reyes, ahora cuando más les conviene que será cuando sea: noviembre que Rajoy dice que la crisis ¿qué crisis? Es un descontrol que descontrola a cualquiera. Si hablo por mí, no hay mayor castigo que ir al correfur cuando la nevera está vacía: a las rebajas de trapos ni asomo. Tengo ropa suficiente para las ocasiones, incluida la mortaja. "Nada hay más necesario que lo superfluo". Escribió Voltaire.

Al mundo vinimos desnudos y desnudos nos iremos. Y no hay otra verdad que la contradiga. Trapos y más trapos. Prisas y más prisas. Es un sentimiento inexplicable que me supera. Aquellos montones de trapos que al coger la manga de una camisa y tirar de ella aparece enganchado a la otra un comprador compulsivo: ¡yo la vi primero, mía!. Una locura. Mi paciencia se agota y también me afecta físicamente. Ya no es que no sienta las piernas, es que no las encuentro. Mi cuerpo queda inactivo a escasa media hora de llegar a la trapería. De pronto aparece algo muy malo que recorre mi cuerpo, es una sensación frío calor que me provoca ganas de mear, y los urinarios abarrotados. No puedo esperar mi turno... ¿Y qué hago, Dios mío? O meo o me meo. Recuerdo vagamente que fue en unas rebajas cuando empecé a dejar de ser yo para ser lo que aún estoy por descubrir. 

Y ahora, Kristel, mi niña, te voy a dar un consejo desde los años altos: no se te ocurra detener el apetito desenfrenado de una persona por lo superfluo. De ninguna manera. Ni intentes ganarte la confianza de un comprador compulsivo, creerá que le quieres robar el trapo que lleva toda la vida buscando. No, mi amor, porque mataría por él. Aléjate de ese comprador, tan siquiera lo intentes. Tu vida volverá a ser la que fue si conservas la calma en enero, antes de que empiece la quincena blanca de febrero. Sé fuerte, Kristel. (Y dale, este hombre no se me va de la cabeza. Acabará con mi salud mental si no adelanta las elecciones y las pierde. Ojalá la oposición hiciera en vez de decir). Gracias... (de nada).

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