lunes, 26 de diciembre de 2016

Mi palabra exacta.

Flor de María: Me prometiste buenas madrugadas y nunca dejé de tenerlas; algunas realmente serenas. Gracias.

La pasada semana una amiga de poncho deshilachado escribió agradecida a los lectores en su blog. Ella tiene, como yo, una relación social más bien escasa, pero lo que es en su blog, los lectores se la disputan por su talento. Escribe cuentos, y de cuando en vez a Dios que un día, jugando con María entre nubes de algodón se descuidó y entonces... De tener pruebas, yo no lo perdonaría. Pero mi amiga, además de escritora de talento reconocido es musa de poetas y no sé. También escribe a su familia. Y sobre un vecino asesino en serie. Creo que su vecino asesino es real como la vecina chismosa. Es una amiga especial y en el último comentario dio gracias a sus lectores -demasiados lectores para mi gusto- por pasar por su blog y opinar. Vale, le tengo envidia, no tanto por sus lectores, que también, sino por su gran humanidad. Para mí siempre tiene palabras de verdadero afecto... Nos caemos bien... nos queremos que es más. Pero como toda persona humana tiene defectos, uno no es pequeño, se lo digo siempre que tengo ocasión: mi amiga es mujer y se jacta de hacer muchas cosas a la vez y en realidad no hace una al derechas. Pero es mi amiga y la quiero. A quién pueda interesar, se llama Flor de María, y si tienen la suerte de conocerla, no dejen, por más que les insulte, porque tiene un carácter de aquí te espero moreno, intentar que les acepte como amigos. No encontrarán una amiga igual. Sé lo que digo. Yo tuve otras amigas. Sé lo que digo.
 
(Y lo sé, porque hasta ayer tuve otra amiga y le di con la puerta en las narices después de que ella hubiera cambiado sus caderas de acera. Se pudiera decir que antes me dio ella con la puerta en los morros, pero un paisano de antes no reconoce que una amiga cambie sus caderas de acera y le deje con pena y sin consuelo. A partir de ahora con su recuerdo haré otro personaje para de soslayo. De ella diré que no dejaré de quererla y que fue mi mayor decepción).
 
Pero no todo está perdido, como es natural, mientras haya una Flor de María en el mundo siempre será primavera y las mariposas vuelan libres. Por más decepciones, habrá buenas madrugadas salga el sol por las buenas o intenten ocultarlo por las malas nubes negras. Flor de María solo hay una. Ya me cayo que no quiero dar más pistas: se llama Flor de María y es mi amiga del alma y se acabó. No insistan. Gracias... (de nada).

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