Eugenio me cuenta...

Eugenio me cuenta que la Navidad es una fiesta pagana. Al menos en este pueblo. Este pueblo no es el nuestro, ni de él ni mío, pero vivimos aquí. Y lo mismo que me cuenta a estas alturas de la vida que la Navidad es una fiesta pagana, yo le puedo contar que este pueblo que es mío ni de él, también es una fiesta pagana donde todo vale. 

Sin entrar en detalle, este pueblo y sus tradiciones y su esencia, por extraordinaria, también es una fiesta pagana donde todo vale. Y a medida que pasan los años más. Y para ello agrego mis experiencias que son acontecimientos relacionados con las apariencias. Una verdadera vergüenza. Pero sin entrar en detalle, repito.

Cantamos villancicos por Navidad, pero los podíamos cantar todo el año inspirados por la misma pantomima. A nadie le interesa transformar la sociedad y ser mejores, solo darle tiempo al tiempo para que las cosas se arreglen por sí solas algún día.

El nacimiento de Jesús el Cristo se eligió al azar, y eso lo sé por Patricia que dice que fue otro día en el calendario. 

De Patricia no me fío porque estudió... De las autoridades de este pueblo tampoco porque son meras comparsas de sus propios decorados. Solo me fío de Eugenio. Ni de mí me fío. Tantas veces amenacé con irme a vivir al extranjero si ganaba el PP y ganó y no me fui, solo por eso debería dimitir... 

-¿Dimitir de tu condición ciudadana?

-De mi mente desordenada. Acabaré pagando mi vida de excesos. Sea como fuere, la realidad que no cuente conmigo... Después de una pequeña reflexión, me niego a admitir y menos vivir esta farsa. Antes haría una catarsis con mi vida pasada. Otra.