miércoles, 31 de diciembre de 2014

Los sueños madrugan.

Hoy que no estás, o no te veo, me doy cuenta lo que te echo de menos. Al amanecer, cada madrugada es un alivio comenzar el día contigo. Espero que solo sea este año. Un día como el de hoy ni te imaginas cómo me gustaría que pasaras por aquí... Me abofetea tu ausencia, me quema, me duele como una promesa incumplida. No vale disimular: no estás, eso es todo. Y no es poco.  

Me cuentan que es cosa de un par de días... o así. Sin son dos días ya son muchos, y si son o así, por mí ya puede entrar un mar por dónde quiera. No te quiero perder. Por cierto, a mediodía, con el sol bajo el mismo cielo, salí a pasear por Les Seniaes; pasé por el atajo que sabes y como otras veces no nos cruzamos... Ni siquiera nos vimos. (Es una de mis excusas favoritas para pensar en ti).

3 comentarios:

  1. Que bonito escribes cuando lo haces con el alma.

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  2. Mi dedo tembloroso puchó este post al que no respondiste. Me lo quiero robar pero soy tan decente que no lo haré. Total cuando otro golpe de suerte con mi dedo tembloroso, toque otro post, seré trasladada a otro espacio de tú tiempo en mi (creo).

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