Hoy me obliga a escribir el secreto peor guardado. Un secreto reside en el interés y en la absoluta confianza. Y si hablamos de política y no de chismes de lavadero municipal, la mano izquierda no puede saber en qué anda metida la mano derecha. Un secreto no se le da propaganda o deja de ser secreto. Pero como está "colgado" en las redes sociales, lo demás corre a cuenta de la imaginación, y todo se puede imaginar. Entonces, que venga dado por la imaginación. No puedo hablar por los catorce millones de personas al borde de la pobreza extrema, no soy gobierno, soy padre. Los que más me conocen saben de qué hablo y si quieren echar cuentas quizá les salgan. O lo pueden imaginar. "¿Quién? Se preguntan. ("Pierde cuidado", me dijo. Y no puedo cantar más. O sí, también me dijo que el mérito era suyo y que ahora sería feliz). Un padre por un hijo.
Y un padre por una hija. Amor, no hay distancias, regálame diez segundos de tu tiempo. Recuerda que no iré solo, la María siempre me acompaña... (Apenas salgo de casa porque tengo miedo y afuera hace frío y no hay techo ni paredes). Gracias.
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