Silvio Rodríguez dice y canta que debemos amar el tiempo de los intentos y la hora que nunca brilla, y si no, no pretendamos tocar lo cierto que solo el amor engendra la maravilla y solo el amor consigue encender lo muerto.
Un hombre, un caballero besó a esa dama.
Bueno, hasta ahí vale, pero no hay que pasarse ni llegar a otros extremos, que yo también te iba a querer antes de arrepentirme. Al ver cómo la luna me miró enseguida comprendí que no iba a ser feliz contigo, que pronto me olvidarías. (Musitando en su fulgor me prometió un beso en su cara más oscura).
Bueno, hasta ahí vale, pero no hay que pasarse ni llegar a otros extremos, que yo también te iba a querer antes de arrepentirme. Al ver cómo la luna me miró enseguida comprendí que no iba a ser feliz contigo, que pronto me olvidarías. (Musitando en su fulgor me prometió un beso en su cara más oscura).
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