Un rumor rubio manchego augura un invierno de huelgas asignándoles medidas correctoras económicas que tendrán repercusiones traumáticas. Y que ellos (el PP) están preparados para aguantar lo que les echen. Algunos creemos que las huelgas ya cumplieron su papel en la sociedad, que ahora debieran ser otras las maneras de solucionar los problemas, desde luego tratar de solucionarlos en una mesa de negociación. No sé, ojalá me equivoque y las ventajas económicas que se alcancen lo sean para todos sin intereses ocultos.
Alimentar ideas en base a lo que merecemos por esto o aquello puede hacernos sufrir por interesados, pues la decepción siempre es una posibilidad. Hay que luchar por hacer los sueños realidad, los anhelos pero provistos de un prudente sentido de conformismo: si se puede sino también. El conformismo es bueno y es malo. Como todo. Solo que el conformismo ya de por sí es excesivo. Quizá por hoy debiera dejar de escribir. El asunto de las elecciones acapara todo mi interés y eso no es bueno. Mi deseo es escribir de algo interesante, quizás una respuesta definitiva sobre algo importante. No sé si algún día seré capaz de escribir algo interesante que interese. Y menos dar una respuesta definitiva a un asunto importante. Al pasar el día aumenta mi deseo por conocer el resultado de mañana. Si al menos fuera poeta... si fuera un dios... No sé, igual no es tan importante. Gane quien gane fijo los míos no ganarán. Igual va siendo hora que apueste a caballo ganador. Al menos me daría el gustazo de que ganaran los míos. Tampoco sé qué importancia tiene que ganen los míos, si a fin de cuentas tienen que ser los de todos. Lo triste, y no es por escurrir el bulto, hablo de responsabilidades, que si no es por Benjamín Prado o Luís García Montero, es por el Sabina. Me falta criterio propio. Si muerto, Ángel González, paisano. (Lo que yo daría porque fuera lunes, e inesperado, el resultado no fuera el que será).
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