martes, 22 de noviembre de 2011

Otro comentario

Considerando los argumentos anteriormente expuestos, daremos por cierto que la única fórmula magistral que existe contra todos los males es la muerte. Sin embargo, hay quien prefiere ser mordida por un escribidor de a diario para curar sus males porque considera que es mejor que soportar la cotidianidad. Vale que la cotidianidad algunas veces sea deprimente, pero pienso que es estúpido ese parecer, que la muerte por indiferencia es más eficiente. Uy, ahora que pienso, uno se muere, lo entierran en el cementerio al pie de algún ciprés y qué: ¿adiós males del mundo terrenal? Pues no. Ante la duda yo me pido vivir. Y si por pedir es, pido que me muerda quien prefiere ser mordida por un escribidor de a diario.

Digo que me leo al día siguiente y no es cierto. Me leo, sí, pero solo a veces. Me preocupa pensar de dónde puedo sacar tantas estupideces y validarlas como sentencias inapelables. Aunque solitario en mi rincón, de cuando en vez me río de lo que escribo por estúpido que sea. Si nada más fuera por eso, creo que ya merece la pena seguir escribiendo. Hasta me atrevería a decir que no pierdo el tiempo, ni malgasto el tuyo, que bien sé que me sigues leyendo en el silencio. Y no digo que seas tú quien prefiere ser mordida por un escribidor de a diario que soportar la cotidianidad, pero me gustaría (aunque no lo diga).

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