Por razones de mala saña, en campaña electoral, anda metida la politiquería llevando a boca del ciudadano el idioma catalán o valenciano y su propiedad. Podemos considerar al idioma el primer pensamiento, pues él da origen a la palabra. Si nos entendemos con un idioma que es el de todos, por pué dale con su propiedad, ¿acaso no podemos compartir su paternidad considerando que es el mismo? Las diferentes culturas defienden su idioma y al considerarlo, están orgullosos de compartirlo y demostrar con ello tolerancia cultural. La concepción de idiomas compartidos por los pueblos es esencial para su entendimiento. Su aprendizaje y uso dignifica a quienes lo hablan y distingue a quien lo practica, a poetas que lo utilizan como herramienta de su inspiración: A todas las personas. Pero la intolerancia de personas que son contrarias a compartir la riqueza del idioma argumentando su paternidad, que no su origen, solo quieren protagonismo, son personas intolerantes que desconocen sus raíces. Son personas que necesitan algo nuevo que justifique su intención de cabrear a la sociedad con estupideces. Lo quieran o no, es cultura lingüística y es de todos. Una riqueza más de los pueblos.
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