No existe en el mundo una religión que no se funde en la prueba irrefutable del chismorreo. La Revelación es en sí misma una prueba irrefutable del chismorreo. Que las escrituras sean la Palabra de Dios es asunto que sabemos solamente por el testimonio de hombres y mujeres que, de chismorreo, y sin identidad claramente establecida, jamás prestaron ningún tipo de juramento oral o escrito. Y es accesible a la verdad, tal como se manifiesta en el esplendor y la fuerza de las propias creencias, principalmente la cristiana, poderosa religión donde reina la libertad de expresión y tolerancia al dictado de Roma. Es mi opinión, como la es de quien sostienen que Adán y Eva no tenían necesidad de pecar sino hubieran querido, por el contrario, otros opinan que la caída de Adán estaba decretada desde el mismo día que el Creador dio existencia a Eva. Sea como lo que sea, lo ciertamente verdadero, es que este asunto siempre estuvo de actualidad entre personas a quienes no les interesa lo más mínimo la fe religiosa. Ahora bien, y esto lo sé de fijo, no existe iglesia en el mundo donde se escuche la Palabra de Dios, tal vez se oiga, pero no se escucha, fariseísmo. En fin, bajo el punto de vista legal, que hoy en día todo se recurre, ninguna de las afirmaciones de la Santa Biblia sería admisible ante un tribunal de justicia. (Otro día hablaremos de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo).
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