El amor no es ciego

"Esa" mejor aprendiera a vocalizar. (Uy, uy, mi esposa se cela de la Shakira).

-Pues a mí no me parece, se entiende clarito lo que canta y baila...

-Qué sabes tú. Y límpiate la baba, viejo verde. Cualquiera que te vea...

Rondando los cuarenta y tantos, a una mujer, con las patas de gallo le salen recuerdos de un pasado, de cuando el espejo no tenía la obligación de mentirle. Lo cierto es que un día te levantas, te miras al espejo y te das cuenta que algo desagradable te acaba de suceder. Eres viejo y no te habías dado cuenta. Cada día al levantarte no sabes que es una nueva jornada de incógnitas sometidas a la rutina. A los imprevistos que perturban más o menos en medio del absurdo, que es el temor a vivir los años altos de la vida con una intranquilidad que nos mortifica. Entonces, y es consejo de alguien que también echó un día en falta su juventud, debemos ser precavidos ante el brote turbulento que se avecina cubierto de lágrimas por los años idos. Cada etapa de la vida tiene su aquel y no es tan malo (ni tan bueno), simplemente es la etapa que nos toca vivir. Y mejor aceptarlo que mirarnos en el espejo de alguien más joven o más hermosa. Cada etapa de la vida es una nueva emancipación que debemos abordar con miras de futuro... Y sin envidia malsana, cariño. Toma ejemplo de mí cuando dices que si Guardiola patatín. ¡Por Dios, Guardiola... Ay!. (Contrario a la tradicional creencia, el amor no es ciego.