viernes, 4 de noviembre de 2011

Decir amiga

"Yo se bien que estoy afuera, pero el día en que yo me muera, sé que tendrás que llorar (llorar y llorar... llorar y llorar...). Dirás que no me quisiste, pero vas a estar muy triste, y así te vas a quedar". Sigo siendo el rey, Luís Miguel.

Si alguna vez  hubo un hombre en este mundo tranquilo y reflexivo, alto y guapo, inteligente... uy, vanidad de vanidades, don Antonio Machado, permítame volver a la verdad. Pienso en mí y me imagino que soy el rey, que sigo siendo el rey. Qué fantasía la mía, que no fantástico. Fantástico no, pero estupendo sí. Lo dice mi amiga (aclaración al texto: mi amiga, no una amiga): "Eres estupendo". Hoy, un día triste por un motivo que no vienen al caso, he de confesar que lo decía. Hace mucho que no sé de ella. Hace mucho tiempo que no sé si me oye o me ve; si sabe que aún existo. Mi amiga misteriosa es una virtud. Si la ven por ahí, salúdenla de mi parte. Y si se para, que siempre va con prisas, díganle que la quiero. (Ahí radica el más grave de nuestros pro­blemas, en el muy difícil y lento proceso de olvidar).

2 comentarios:

  1. Amb la nota poètica habitual, que fa suportable una existència feixuga.
    Gràcies "Dona".

    Marc

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