viernes, 14 de noviembre de 2014

Médico de alergias.

Hoy fui al hospital (nada importante, gracias) y mientras esperaba que la enfermera dijera mi nombre, perdón, el de Patricia, era ella la que iba al médico, me entretenía leyendo el nombre y la especialidad que tenían a la puerta de su consulta médicos y enfermeras. También un letrero de recomendaciones que había colgado en la pared firmado por el médico de alegrías. Me dejó pensativo, por no decir estupefaciente, y le pregunté a Patricia: -¿Quién firma el letrero de la pared? -Médico de alergias. -Ya. No pongo gafas porque no me favorecen, pero si me favorecieran tampoco, a pesar de los golpes que me doy contra las paredes, farolas y alguna bella mujer. No es lo mismo un médico de alergias, que un médico de alegrías. Qué mal va la ciencia, qué mal el país y qué poca imaginación en los hospitales. Con razón dicen algunas que a los hospitales solo se va a sufrir... Lástima.

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