Recibo un "emilio" de una amiga: "Este año quiero ser la primera en desearte felices navidades, incluso antes que El Corte Inglés". Me importa un carajo El Corte Inglés, pero es cierto que años hubo que solo él me felicitó la Navidad. Y el cumpleaños.
El Corte Inglés no es el centro comercial donde más barato se pueda comprar, pero sí el más detallista. Y a veces solo importa el detalle. No quiero decir que nadie me recuerde, "haberlas ailas". Pero no todas me felicitan. Lo dejo ahí.
No me gustan las navidades a partir de que los Reyes Magos dejaron de traerme los regalos de mi hermano mayor. Así era. Los pequeños heredábamos los juguetes de los mayores. Pero todos lo sabíamos y tan felices. Los padres y los hijos. Importa el detalle.
Digamos que la fe me permite justificar lo anteriormente expresado. Una amiga este año se adelantó a El Corte Inglés. Pero aún es noviembre, hay tiempo, se verá quién se acuerda de mí llegado el día. Eso sí, que nadie vuelva a casa por Navidad.
Tan queridas y admiradas mis amigas no todas responden como me gustaría... Tan descuidadas, miopes y desagradecidas. La cosa está clara: El consuelo será saber que la María siempre me tiene en su pensamiento y una oración y un villancico no me han de faltar. Quizá por encargo del Señor.
Pues yo esos días me iría a vivir con los topos.
ResponderEliminarY yo. Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.