Hay quien tiene la convicción que donde se nace se cría y eso le da derecho a decir: "Esta patria es mía". Vale que cada uno es como es, pero no es más que nadie.
Lo peor de cada uno lo sacamos a pasear cuando las cosas no van bien... Lo malo, que buscamos al que tenemos más cerca para echarle la culpa de nuestros males. No hablo por mí que mi tierra es ésta y cualquiera donde me encuentre, sea España u otro terruño, pero todos no piensan igual y consideran al emigrante culpable al no tener trabajo digno, o sanidad sin copago o educación sin beca o España con Rajoy.
Este deshacer una patria con este tipo de comportamientos xenófobos debería dar lugar a preguntarnos si somos ciudadanos miembros de una familia y su entorno y valores fundamentales. Si respetamos a nuestra familia debemos respetar nuestra colindancia sea quien sea mientras sea digno al margen de su origen. "No hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti". Cualquier actividad xenófoba perjudica la credibilidad de una patria.
La nacionalidad no la da la cuna, sino la convicción personal que tiene que ver con lo humano. Que no tengamos que bajar la mirada porque no hemos hecho nada por la integración de una patria que es de todos. O cabemos todos o no cabe ni Dios.
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