De esclavitud y una vergüenza.

De siempre, vivimos doblegados al poder económico. Y la época que vivimos no es diferente. Aunque pareciera que habíamos superado esa realidad, se ve claramente que no. Y en eso estamos, en que baje Jesús el Cristo y nos vuelva a salvar. Porque lo que es yo ya no confío en nadie que se vista de lagarterana. Tantas veces me he levantado en busca de justicia para las arbitrariedades de abusos y explotación que he decidido apearme harto de oportunistas buscando la ocasión de apilar riquezas a base de quitarles el pan a los que siempre pierden. Justicia social.

Precisamente, este domingo del Señor, mi esposa se empeñó en llevarme con ella a comprar un poco de esto y aquello al carrefur, y prometo que había más personas a la entrada pidiendo comida y voluntarios del Banco de Alimentos para personas que no tienen dónde caerse muertas que dentro comprando. No sé si este país se puede permitir un aeropuerto sin aviones, pero con la exclusión social hay que hacer algo. La sociedad ya lo hace, falta el gobierno. "Dos de cada tres hogares españoles se encuentra al borde de la exclusión social". ABC.

Viene el asunto al caso, además porque no suelo ver la televisión, en un descuido del informativo de ayer, apareció la bancada del Congreso de los diputados y hacia la mitad o así, estaba la diputada del PP por Castellón, Andrea Fabra. Sí, la que se dirige a los parados diciéndoles "que se jodan" (recuerden). Y como no era horario infantil me desahogué con lo peor de la RAE y luego fui a dar cabezazos a la farola. No lo puedo asegurar, pero creo que me estrellé deliberadamente contra la farola... En serio, es una vergüenza tener a esa mujer escupiendo desde el Congreso de los diputados a los más necesitados, los desempleados y desempleadas de este país.