miércoles, 26 de noviembre de 2014

De niño mimado a viejo olvidado. Me salva la salud.

De salud.

Bien, de salud, bien, gracias. Me dijo que iba para atrás. Me aseguró que aparentaba menos años de los que tenía. Creo que pretende tener algo conmigo... Pero no lo sé de fijo. Y como estaba la enfermera no le pregunté. Mi correo lo tiene. Toca esperar.

De un asunto delicado.

El día me animó e inocente llamé al periódico y pregunté por la clave que no me deja entrar... No mantenemos una relación de café y pastas de té, simpática, quiero decir, simplemente vamos tirando. La chica muy amable me preguntó qué quería, y le expliqué lo de la clave que no me deja entrar. Ella sabía dónde no puedo entrar, pero la pregunta obligaba: -¿Quién llama? -Soy dona. -¡Hola dona!. -¿Me conoce? -Sí, y cuando escribe la leo... Y dona sin más le colgó el teléfono. Yo no hubiera colgado, uno porque es de mala educación, y dos porque no había solucionado el asunto de la clave. Después dona me dijo que se emocionó porque aquella chica la leía. Luego volví a llamar y la misma chica amablemente me pasó con la responsable y me dijo que quien se mueve no sale en la foto. Yo creí que en la foto no salían los feos, pero si te mueves no sales en cualquier caso. De niño mimado a viejo olvidado.

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