Francisco Javier Martínez Fernández.

"Matar a un niño inerme, y que lo haga su propia madre, da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer, porque la tragedia se la traga ella", ésta es una de las declaraciones polémicas, en este caso sobre el aborto, que jalona el perfil del arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez Fernández. EFE.

El arzobispo de Granada se le ve el Palacio Arzobispal, con bonete de forma cónica del que cuelgan dos tiras en la parte de atrás y su banda de lana blanca en forma de collarín, adornada con seis cruces de seda negra. Es la insignia de los arzobispos residenciales. Es semejante a una estola y se utiliza a modo de escapulario. Es de tela blanca salpicada de cruces, se las envía el Papa como distintivo de su especial dignidad. El arzobispo de Granada es digno. Sí. El arzobispo de Granada tiene mitra y quiere decir que lleva la ciencia de los Testamentos así como el rostro de Moisés. El arzobispo de Granada lleva en el dedo un anillo: "Nuestro Señor Jesucristo le ha puesto el anillo como signo de alianza". No solo debe llevarlo como muestra de fe, sino principalmente para demostrar que vela para dar a Cristo como único esposo a las almas que le fueron encomendadas. "Yo os ligué a mi esposo para presentaros a Cristo como virgen pura" dice el apóstol. El arzobispo de Granada lleva en la mano el bastón pastoral para corregir, sostener y empujar. El báculo lo planta en el suelo para aguijonear a los perezosos. Es recto en su parte vertical para dirigir y sostener a los débiles; y es curvo en su parte superior para atraer a los pecadores y reunir a lo que erran según aquello: "Juntad, sostened, estimulad al indeciso, al enfermo, al perezoso". El arzobispo de Granada lleva sobre el pecho una cruz rica adornada con piedras preciosas. (Información sustraída sin violencia de Wikipedia y parafraseada por dona).

El arzobispo de Granada se comenta que iba para madame de burdel pero se quedó en arzobispo. El arzobispo de Granada debe irse. Y si no se va, el Papa Francisco lo debe destituir o llevárselo con él.