viernes, 7 de noviembre de 2014

En el amor nadie es culpable.

En el amor, después del adiós queda el llanto. Y al paso del tiempo olvido. Qué lento y difícil es el proceso de olvidar. Antes y después del amor alguien pierde. El asunto es ese. Y conviene que se sepa.

Como si no fuera suficiente una vida de parir hijos y pagar hipotecas (disculpen la redundancia), ahora acaba de parir la abuela y mató dos pájaros de un tiro.

La vida respondió por un igual a los dos, sí, pero uno quiso y el otro se dejó querer, entonces, cuando se habían hechos los deberes dijo adiós. No digo cuál de los dos porque eso a fin de cuentas ya no importa. Lo que importa es que luego de una vida juntos solo queda un erial. Y erial es un terreno baldío que nadie quiere.

A partir de ahora las imposiciones y las decisiones que se tomen serán inexistentes para lo que tiene que ver con los afectos y fines de futuro. Al parecer la sentencia ya estaba escrita y se leyó en voz alta, pero como siempre, el último en enterarse es el interesado. Como diría la vecina chismosa, muchos chismes no son propios pero sí la fama. Como debe ser: "Unos tienen la fama y otros cardan la lana". Entretanto, la discusión se hace pública en la calle y unas son partidarias de unos y otros de otras como si importara. En el amor nadie es culpable.

4 comentarios:

  1. El amor es llanto, alegría, desazón, dolor y todo eso. El amor es todo y nada.
    No entiendo ni jota pero eso no es novedad.

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  2. ¿Que le voy a hacer? Hay temas para los que soy negada. Triste MaLquEridA, muy triste.

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