Mucho se ha investigado sobre la ubicación exacta de ese punto situado frente a un mar donde cada mañana una dama de buen ver ve amanecer. Y por qué. Pero no se sabe aún. Digo aún porque hay quien asegura que está a puntito de saberse el lugar exacto. Y por qué.
Ningún secreto tan mal guardado. Pero una aureola de triste misterio impide saber. Hablan de poderosos montes a cada cual con mayor altura... En esa ambición por saber está el peor defecto. Además, una gran montaña nunca está frente a un mar. Viene de lejos, eso sí, pero no de una gran montaña exactamente.
Duele y duele, claro que duele tanta aureola de triste misterio con la luz apagada, tanto sueño entregado. Tanto negro y tanto gris. Colores de duelo y entierro. Así se gana una vida o así se pierde la vida. Todo lo demás es pasar por pasar el tiempo mientras amanece.
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