domingo, 2 de noviembre de 2014

A una amiga ayer le pedí un favor.

A una amiga ayer le pedí un favor: que rezara por mí y por mi alma al Dios que todo lo puede. Hablo de salud del alma y el cuerpo, nada que tenga con los porcientos de los corruptos ni el azahar de las loterías que siempre tocan a los que blanquean sus dineros ensuciados de quebrantos contra la sociedad. ¡Joder, dona, por qué no me avisas que me estoy yendo por el camino que más duele!. Lo tuyo es demasiado, con la disculpa de que estás muerta te libras de todo... hasta de venir a buscarme para ir a pasear por Les Seniaes... 

A una amiga le diría que me hubiera gustado saber si ha rezado por mí porque no me siento mejor ni peor... Claro que no sé si es mucho lo que le pedí y si el resultado es inminente. De cuando en vez leo La Biblia pero no siempre comprendo lo que leo. Creo que debieran actualizar las nuevas ediciones. Ponerse al día, aunque conlleve cambiar pareceres y tengan consecuencias con los más ortodoxos, los que quieren que todo siga igual. Digo actualizar no abolir. Repito: actualizar. La Palabra de Dios sigue de plena actualidad: Como sus ideales sobre la justicia y la protección de los más desvalidos, de los pobres y los huérfanos. (En este capítulo también habla de las viudas pero ellas se arreglan solas... Tengo ejemplos). Pero lo de una amiga que ayer le pedí un favor y no me contestó no tiene nombre. Aunque la sigo queriendo. Eso sí, no es mérito suyo, solo mío.

4 comentarios:

  1. Lo siento, no pude,
    el semáforo en rojo,
    las puertas cerradas,
    mi independencia frustrada,
    y el dia tan corto
    analizando el por que de lo que no debió ser.
    y yo... no pude.
    Quizá aun no se ha llegado el tiempo.

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  2. No tengo nada mas que ofrecer mas que una disculpa.

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