martes, 18 de noviembre de 2014

Si Kristel supiera...

Sí, dije que el domingo fue un día redondo, y lo fue de verdad, o lo hubiera sido si no fuera porque para encontrarme con Kristel tuve que coger el metro. El tren vale, pero el metro, el metro va por debajo, quizá cerca del infierno. No quise reconocerlo pero el domingo fue un día casi redondo. Tengo miedo al metro, por no decir pánico si es más. ¿Qué?

Coge un metro y luego para y coge otro en una planta más abajo... Un desvelo. Del día a la noche. Del calor al frío. Del cielo al abismo. De la fe a la duda. Un tren como una lombriz se va retorciendo por el subsuelo de Valencia y entra y sale de un túnel con la misma indiferencia que sus vagones de intensa soledad...

Un poeta no sería capaz de perpetuarme en mi destino. Y ya es decir. Iba ciego con la mirada perdida en la oscuridad. Me quise morir. Si Kristel supiera...

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