viernes, 21 de noviembre de 2014

¡Qué triste mi vida!.

La depresión, la soledad o simplemente que nadie me quiere... El asunto es ese. 

Hoy me levanté y necesitaba contarle a alguien que estoy perdiendo audición, que estoy sordo como una tapia, sea lo que quiera decir estar sordo como una tapia... Estoy sordo y nadie me escucha. Me puse a contárselo a mi esposa pero llegaba tarde al mercado. Y Patricia también, al mercado no pero iba a otro sitio y tampoco tenía tiempo. Y yo sordo, con la indispensable necesidad de contarle a alguien que estoy sordo y que vaya por Dios. ¿Y a quién le cuento yo mi desgracia? Y pensé en Juani, y la fui a ver, pero no estaba. No estaba para mí, quiero decir, para Francisco sí que estaba y bien que se reía. Juani ya no me quiere. A Francisco sí. A mí no.

A veces no sé cómo controlar la indignación que siento. Es jodido. Porque no dejo de ser una persona indefensa por mucho que me las dé de autosuficiente. Estaría dispuesto a arrepentirme de mis pecados con tal de que alguien me escuchara. Mis pecados relacionados con la vanidad y pasar de soslayo por las cosas que pudieran interesar a alguien que me quiere. 

La indignación es un sentimiento del espíritu que pasa factura al alma y alcanza la categoría de ira si no se ataja a tiempo. La tristeza, el malestar y la decepción... Me siento solo. Desamor. Soy incapaz de manejar la indignación que siento. Situación dolorosa la que vivo... Si alguien llamara a mi puerta... Si alguien me dijera... ¿Qué no daría por un abrazo y un cuéntame qué te ocurre? ¡Qué triste mi vida!.

5 comentarios:

  1. ¿Una Flor no?
    Tu te estas quedando sordo y yo me estoy quedando sin voz o como quiera que eso se llame. Nadie entiende lo que digo. :
    Yo diría que te ocurre pero no me dirías nada, te conozco.

    ResponderEliminar
  2. "nadie me quiera" chale contigo.
    Eso es lo malo, los que se dicen fuertes son los mas sensibles pero nadie lo ve.

    ResponderEliminar
  3. Oídos que no oyen, los solitarios que ya no sienten la presencia de otros a su alrededor. El mundo llora y nos abraza donde quiera que estemos, ya sea en casa, en la calle, en el mercado o en la iglesia.
    Cuéntame todo, no seas tímido, no estés triste, liberar su ira en arrebato; es una disculpa o una nueva actitud, cambiar nuestro destino y redimirnos de nuestros pecados pasados. Para lograr el futuro que esperamos es necesario un cambio en el presente; la vida es vanidad, se necesitan buenas empresas, el mundo que nos quiere, nos quiere sinceramente.
    La Raiza no debe ser controlada, debe ser puesto en libertad a través de algo que nos tranquiliza, la tristeza puede ser superado con reconocimiento de simpliscidade de momentos ordinarios. Dar valor a los pequeños detalles de un desayuno con un ser querido, un paseo a través de las manos la celebración de parque, viendo las puestas de sol en la noche, un fin de semana con amigos. La vida es hermosa y triste poesía es que parece a veces.

    ResponderEliminar
  4. No hay que lamerse las heridas !!!
    A nadie le importan !!!
    No esperes a ver quién te pregunta, ves tú a dar la tabarra al primero que se preste y pregúntale. Verás como también se duele de muchas cosas. Besicos.

    ResponderEliminar