Ya se sabe, es difícil decir no. Decir no porque tienes que escribir y después dar un paseo por Les Seniaes. Decir no puedo. Pero los sentimientos pesan. Ayer ya había planificado el día de hoy. Lo tenía todo organizado. Como ya digo escribir y después dar un paseo por Les Seniaes. También ir a misa si el tiempo y la fe me alcanzaba... Simplemente se trata de decir que no. Decir que no puedo. Pero como un desaliento lejano, a media mañana, me llamó Kristel y me dijo que si comíamos y dije que sí. Ni pensé en los planes que hice ayer para hoy: lo de escribir y pasear por Les Seniaes. Ni lo de la fe ni de ir a misa. Y como un orgulloso y enajenado padre fui a Valencia y acabo de llegar. La comida bien, pero ella... ay, un ángel con su cielo. Un amor.
No tardes en volver a llamarme, mi vida. Te quiero.
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