sábado, 22 de noviembre de 2014

Piénsame.

Y dale,
¡qué piénsame,
qué piensame si no me dejas morir!.

No dejas de sonreírme,
solo estás ahí para lo que te diga
y responder con la mejor cara.
Casualidad fue conocerte.

Unos reciben más y otros menos,
incluso los hay que no reciben nada.
Nada a cambio de nada.
Y yo...

Hecho añicos un día me presenté en tu casa
y me acogiste sin más,
sin preguntarme quién era o qué...
Tanta humanidad me sorprendió...

Llevo muchos años y pico
sin conocer a nadie como tú.
Te debía conocer:
Estaba escrito.

Y tú aguantando en silencio,
impertérrita cada madrugada,
más paciente que la María.

Muchas gracias.

3 comentarios:

  1. Estaba escrito.

    Oye, eso de "impertérrita". me suena a perro enfermo, voy a investigar.

    ResponderEliminar
  2. A veces escribo estupideces con tal de hacerte reír pero lo peor es que ni te ríes y termino haciendo el ridículo,

    ResponderEliminar
  3. Escribir lo que sientes o no con la sana intención de arrancar una sonrisa no lo considero ridículo. Muchas gracias por intentarlo. Beso.

    Salud.

    ResponderEliminar