¿Hoy es jueves o no?

En un principio he dudado, pero después de contrastarlo en el calendario no tengo dudas: hoy es jueves. Y no tengo necesidad de renunciar a muchas cosas que aún sigo aferrado a ellas. Y eso me hace muy feliz. No puedo evitar dejar de pensar en ti. Desgasté tu nombre de tanto traerlo a la memoria con aquellas muecas y los gestos apenas imperceptibles y la mirada de soslayo. Y tú negándolo todo. Y yo diciéndote que no me iba a rendir. 

Hoy no puede ser jueves por casualidad, pues siento que todo cobra sentido, siento tu recuerdo cercano y mi empezar de nuevo. Siempre empezaba y nunca terminaba.

     

Hay días y días, jueves y jueves, y demasiados años pensando solo en ti. Mi trama emocional celebra un jueves consciente de que algo bueno va a ocurrir...

Un jueves supera todas mis expectativas y se convierte en un reto: enfrentarme a la realidad. Luego de esperar tanto tiempo ahora temo no estar a la altura. Desenterrar el verbo oculto se me hace difícil. La clave que abre el corazón la tengo en mi mente absurda y no sé si podré acertar con ella. Combinar el corazón por la razón para mí que que soy un soñador empedernido... Hurgar en los rincones de mi mente donde guardo la verdad para volver a ella. Apelaré a la fuerza del amor y que la Magdalena me ayude al menos a sonreír.

¿Qué me ocurre? Hoy es viernes y no me fía y el sol no se hace notar... El cielo está gris como si no quisiera amanecer o fuera mentira que hoy es jueves y espero que todo vuelva a ser como antes. ¿Hoy es jueves o no? ¿Qué me ocurre?

La incertidumbre invade todos los rincones de mi ser y lo cubre con el velo triste de la desesperanza. Así no puedo.

     

Un jueves me desafía, me exige valentía, voluntad y arrojo. Que desnude la pasión e invite a descubrir la belleza de la profundidad de un mar que siempre negó aceptar la evidencia... Asciendo a lo más alto entre las luces y las sombras donde habita el amor y no encuentro la certeza existencia: solo excusas.

Un jueves amanece con tu rostro y no sé qué hacer. Demasiados matices en el cielo para saborear la belleza de tu faz. Demasiada exigencia para un jueves que pudiera ser o no. Como siempre que me acerco a ti despierto sin ti.