Falta de interés.

Falta de interés. Humor, capacidad para realizar algo. Hoy no tengo ganas de nada, ni de morirme siquiera. Y sin darte cuenta te conviertes en un ser mediocre. ¿Y qué le vamos a hacer? 

    

Un ser mediocre es alguien vulgar que con el tiempo se convierte en insignificante y anodino y se contrapone a lo estupendo. Por no decir excelente y admirable. 

Un día me invitaron a una reunión de mediocres y estaba solo. Según me contaron eran tan mediocres que pasaban desapercibidos, pero asistieron todos. Lástima, me hubiera gustado entablar conversación con algunos. Pero no se ven. 

Paradigmas de la mediocridad existen en todas partes, por mencionar nuestra clase dirigente. Cuando pienso en individuos que quieren estar en todas partes a la vez o pienso en Dios o en nuestra clase dirigente. El poder político es más importante que el económico. Quizá porque lo uno lleva a lo otro... De tanto brillar por su ausencia carecen de brillo. Es algo inexplicable.   

Este comentario parece advertir que lo natural del humano ser es lo bajo, lo vulgar, lo gris, lo vicioso o lo mezquino; cuando lo propiamente humano debería de ser la razón, la fuerza de voluntad, la verdad, el esfuerzo, el trabajo bien hecho. 

Precisamos crecer para no estar permanentemente pidiendo perdón con la estúpida excusa de ser humanos. Se pudiera pensar que hablo de humildad, nada más lejos de la realidad, queda claro que hablo de mediocridad. La vida nos ofrece múltiples opciones. Vivir es apostar manteniendo la opción elegida hasta un límite aceptable. Y no rendirse ante el primer contratiempo. (No penalicemos la paciencia del pueblo ni una sola familia).