La tarde calada de melancolía,
el reloj marca las ocho,
el rebote de una amiga:
preámbulo anunciado.
Nuevas caras,
nuevas historias:
un solo camino.
La cabeza se va con las palabras a estallar los ruidos.
Nuevas cargas,
nuevos sueños:
una copa de vino.
Los mismos paisajes,
el mismo calor,
el mismo caminar:
inexorable se acerca el final del día.
Hola, vengo a conocer tu blog, Espero seguir pasando. Tambien te invito a que conozcas el mío, quizá allá encuentres algo que te guste.
ResponderEliminarSaludos,
Jacob