lunes, 14 de julio de 2014

Asilo.

El viernes en la avenida bien, muchas gracias. Los viernes somos menos que los sábados. Algunos y algunas trabajan los sábados. Es por eso. Y entre los asuntos de importancia que tratamos el que más a mi entender fue el de los viejos. Yo soy viejo y soy feliz: lo digo sin reverso. Pero hay quien no piensa igual y me reprende, siempre lo hace, y no porque tenga algo contra los viejos, sino porque dice que yo no soy viejo y que qué pretendo. Lo cierto es que no sé si es una forma de ligar de ahora, que me esté tirando los tejos y que qué joven y que qué buen tipo tengo: yo no sé cómo se liga ahora. Pero se enfada.  Y eso que está casado.

Lo que no sabe es que tengo una plaza reservada a la espera de estar en peligro de desahucio. Otros antes lo hicieron: Moisés y Josué establecieron seis ciudades de asilo. Al Capone también. A los que sus familiares los acosan buscan un lugar para esconderse. Y qué lugar mejor que un asilo. Allí nadie los encuentran; al menos no aparecen.

2 comentarios:

  1. Si tengo que buscar un lugar donde nunca nadie me encuentre no será un asilo, será el manicomio, ahí nadie dará conmigo. Ni yo.

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  2. No te engañes, avisan a la familia. Y te van a ver, pero no te enteras porque te jartan a pastillas: no te lo recomiendo. Mejor un asilo. Beso.

    Salud.

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