jueves, 24 de julio de 2014

Solo, y solo escribir.

Si por mí fuera me iría a un convento de clausura a meditar sobre mi vida y también sobre la vida de mi colindancia más cercana. De viejo, ya voy estando harto de todo un poco, y a veces no lo llevo con dignidad que diría una amiga... Pero las ganas de escribir no se van y escribo lo que ven mis ojos suceda (¡haz que suceda!) o no, y a pesar de no escribie siempre la verdad, las ganas de escribir no se van... Veo una metáfora pendiente de un naranjo, por cierto, ahora están tristes los naranjos, y si los naranjos están tristes Les Seniaes, el paraíso donde todo comenzó, ¡joder, dona!. Sé quien diría lo que no siente en este momento... Hablo de literatura, con perdón.

Escribir me consume, es como un adjetivo que vuela en una hoja declinada. A veces no entiendo lo que escribo (tampoco, dona, tampoco lo entiendo), sin embargo, ya no puedo dejar de garabatear los papeles. No puedo dejar de escribir, pero necesito descansar... No puede ser malo descansar... Y eso que siempre encuentro motivos para escribir... Si dejara de escribir tal vez mis vacíos existenciales se apoderarían de mí y mis frustraciones y renuncias y mis sueños entregados me asfixiarían. O las injusticias a las que tengo declarada la guerra. O al bendito amor y la santa poesía que ya no sabría vivir sin su unción. Solo, y solo escribir.

2 comentarios:

  1. Mmm hola amigo, te tengo abandonado y si me vieras te apiadarías de mí, esto de ser madre es tan maravilloso pero también trabajoso, sobre todo si la pequeña saltamontes está a tu lado mientras realizas tus actividades. Madre mía. Yo creo que escribes porque no naciste para estar solo y con tus rimas, reflexiones y cuestiones generas vínculos, sentimientos y amistad.
    te quiero

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  2. Sé que nunca me abandonarás. Hablo de amor. Te quiero.

    Salud.

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