Apreciada amiga:
Deseo que te encuentres cómoda con la disculpa que elegiste para justificar la decisión que habías tomado de antemano. A mí las disculpas me gustan, siempre me parecieron bien, justifican cualquier decisión, incluso la mentira. Sin embargo, me entristece que te hayas ido para seguir creciendo con tus años. Entendería que fueras envejeciendo con otros años (los míos no, otros y de otra), creo que elegiste una disculpa estúpida. En fin, que te vaya bonito, y si tu amor propio te lo permite, envíame un "emilio" si encuentras respuesta para la decisión que tomaste.
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