Lo que ayer daba para comer y otras necesidades fundamentales para vivir hoy no llega. En este país se pasa hambre, hambre, no me canso. Y sed de justicia. Hablo de un salario digno.
Desde que Eva engañó a Adán con la manzana, por cierto una bellísima persona, las cosas fueron de mal en peor. Todos y todas a trabajar... y así fue como aparecieron las patronales, los sindicatos, los comités de empresa, los cursos para trabajadores sin experiencia, los contratos basura, los eres, los despidos por wasap, y con ellos el ladrillo, y los porcientos y los cheques al portador. Hasta que el propio ladrillo acabó con el sistema financiero del país. ¿Alguien se cree a estas alturas de la película que fue Lehman Brothers el culpable de esta crisis económica? Fue el ladrillo y las obras civiles, y las urbanizaciones de lujo, y los miles de bungalows con campos de golf, y los megaproyectos, y los porcientos a políticos corruptos para financiar los partidos y a sus dueños, y los viajes de placer a los paraísos de ensueño de los susodichos y etcétera. Solo mirar a su colindancia más cercana, que puede ser su propia realidad para darse cuenta. El ladrillo y políticos.
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