Es Nochebuena

Son gotas de esperanza apenas perceptibles, suspiros, alegrías y penas, ilusiones y anhelos, vida sin más. Es Nochebuena. Nochebuena es una noche especialmente familiar, y por mucho que a mí no me guste, entiendo que es una gran noche para la mayoría. Todas gentes de buena fe, base de la religión.

  

Es Nochebuena y cada cual la pasa según le parece o le dejan; son costumbres rancias. Los hay que invitan a familiares. Los hay que invitan solo a amigos. Los hay que invitan a amigas que nunca llegan. Los hay que no invitan a nadie y llegan igual. Entre todos los hay madrugadores que no tienen prisa de marchar: son los gorrones que te amargan las navidades. Sí, hablo de mi suegra y mis cuñados. Mi suegra siempre va a misa de gallo. Yo nunca fui a misa de gallo, ni sé lo que es: no sé si es una misa como cualquier otra o esa noche invitan a un gallo y lo asesinan para caldo: el tiempo lo demanda. No sé, y si digo que no sé no sé. Tendrán un Belén montado en la iglesia de mucho cuidado. Es Nochebuena. Unos y otras (incluyendo mi suegra y sus hijos queridos) creyentes todos en su fe religiosa agradecen la bendición de Dios a través del cura y el privilegio de compartir la Navidad (en mi casa). Y renuevan esperanzas cultivando la fraternidad. Y a pesar de que este día y otros están compuestos de sueños que casi nunca se cumplen, de miradas con heridas no cicatrizadas, de risas forzadas, de permanecer porque irse no arreglaría las cosas... Va en serio, si nada se lo impiden, sean felices. Es Nochebuena. Paz y amor. Y salud.