Al fin es viernes, de fiar tal vez: ya nada tengo claro... vivir los años altos tiene sus consecuencias. Hoy es Santa Lucía, 13 de diciembre. ¿Y? No encuentro sentido a mis palabras.
Se acerca la Navidad y temo que me empiecen a llegar cartas de felicitaciones. Es un choque emocional para mí, porque yo ese espíritu navideño que caracteriza a mucha gente no lo he sentido nunca. Se pudiera decir, si es que tiene algo que ver, que he olvidado mi infancia, perdido mi inocencia o simplemente odio la Navidad.
Los centros comerciales hace días que ya montaron su decoración navideña y los pueblos también engalanaron sus calles con bombillas creando figuras con motivos navideños. Y así, más o menos, empezamos a disfrutar de las fiestas navideñas con sus arbolitos y sus belenes. Patricia ya ha montado el Belén, me lo acaba de decir, pero más pequeño que otros años. (Mi hija está perdiendo la fe o espacio en su casa para el Belén). Pero al margen de mis sentires, lo cierto es que no veo la alegría de la Navidad en la calle. La crisis económica nos está dando fuerte y nos afecta el ánimo y el espíritu con la misma fuerza y crudeza con que nos afecta el bolsillo. ¿Quién tiene ganas de cantar villancicos en tales circunstancias? Aunque no faltará quien diga: "Al menos estamos vivos. Así que demos gracias a Dios y pidamos que ayude y proteja a quienes no puedan estar junto a sus seres queridos en estas fiestas. No dejemos que la crisis nos arrebate y nos prive de este sagrado sentimiento cristiano. No todo tiene que ser negativo. Eso: dejemos las deudas, los compromisos, los dolores de cabeza y las demás miserias a un lado. Aunque sea temporalmente. Aunque sea por unos días. Aunque sea hasta fin de mes. Aunque nada más sea para mantener intacto el espíritu de la Navidad". ¡Ay, dona, tanto aunque, a pesar de todo, no puede ser bueno!. En fin, seguiremos hablando de la Navidad, de mi amiga Roxana (te quiero) que es la única que me felicita la Navidad con una preciosa carta. Seguiremos hablando de mi suegra si es posible, de Rajoy, de la crisis, de la tristeza de una amiga (lo veo en su mirada), de la vida... de casi todo seguiremos hablando si Dios quiere.
Se acerca la Navidad y temo que me empiecen a llegar cartas de felicitaciones. Es un choque emocional para mí, porque yo ese espíritu navideño que caracteriza a mucha gente no lo he sentido nunca. Se pudiera decir, si es que tiene algo que ver, que he olvidado mi infancia, perdido mi inocencia o simplemente odio la Navidad.
Los centros comerciales hace días que ya montaron su decoración navideña y los pueblos también engalanaron sus calles con bombillas creando figuras con motivos navideños. Y así, más o menos, empezamos a disfrutar de las fiestas navideñas con sus arbolitos y sus belenes. Patricia ya ha montado el Belén, me lo acaba de decir, pero más pequeño que otros años. (Mi hija está perdiendo la fe o espacio en su casa para el Belén). Pero al margen de mis sentires, lo cierto es que no veo la alegría de la Navidad en la calle. La crisis económica nos está dando fuerte y nos afecta el ánimo y el espíritu con la misma fuerza y crudeza con que nos afecta el bolsillo. ¿Quién tiene ganas de cantar villancicos en tales circunstancias? Aunque no faltará quien diga: "Al menos estamos vivos. Así que demos gracias a Dios y pidamos que ayude y proteja a quienes no puedan estar junto a sus seres queridos en estas fiestas. No dejemos que la crisis nos arrebate y nos prive de este sagrado sentimiento cristiano. No todo tiene que ser negativo. Eso: dejemos las deudas, los compromisos, los dolores de cabeza y las demás miserias a un lado. Aunque sea temporalmente. Aunque sea por unos días. Aunque sea hasta fin de mes. Aunque nada más sea para mantener intacto el espíritu de la Navidad". ¡Ay, dona, tanto aunque, a pesar de todo, no puede ser bueno!. En fin, seguiremos hablando de la Navidad, de mi amiga Roxana (te quiero) que es la única que me felicita la Navidad con una preciosa carta. Seguiremos hablando de mi suegra si es posible, de Rajoy, de la crisis, de la tristeza de una amiga (lo veo en su mirada), de la vida... de casi todo seguiremos hablando si Dios quiere.
Si tu Dios quiere de soslayo. Ojalá quiera.
ResponderEliminarMi dios es el tuyo, es humano. Beso.
ResponderEliminarSalud.