Patricia me dice, en nuestro paseo matinal por Les Seniaes, que si le toca la Lotería de Navidad comprará un bajo comercial en Valencia y lo llenará de piedras viejas y rotas, y obras de jóvenes artistas que no pueden exponer porque nadie cree en ellos; ni siquiera han muerto. Los artistas siempre se murieron de hambre. ¡Joder, dona, qué tragedia!.
En la galería de Patricia se expondrá impactantes colecciones con obras de artistas desconocidos. En el país de la cultura por los suelos, así como Wert la diseñó, una Galería de Arte triunfará si toca la lotería.
Una Galería de Arte en un país que se muere de hambre y enfermedad (disculpen la redundancia) sería un desprecio al pueblo. Creo que mi hija tendrá que dejar sus sueños para cuando el Estado de Bienestar sea favorable a los intereses del pueblo. "La danza sal de la panza".
Mis padres vivieron mejor que sus padres. Yo mejor que los míos. Y mis hijas peor que yo. Si alguien me dijera hace unos años que tendría que aconsejar a mis hijas que aplazaran sus sueños si le tocara la lotería en favor de las benditas necesidades del pueblo diría que estaba loco. A mi hija Patricia, le digo, con el máximo respeto, que mientras tanto y llega el día, si le toca la Lotería de Navidad, monte un comedor social. Y dé de comer al hambriento como Dios manda.
Soñar no cuesta nada (por ahora), ¿Que queda si se deja de soñar? Una realidad aplastante.
ResponderEliminarBesos de soslayo
Así es. Ni más ni menos. Beso.
ResponderEliminarSalud.