lunes, 23 de diciembre de 2013

En el nombre del Padre

Diciembre. Navidad. Consumo. Carestía. Crisis. Excesos. Transición. Otro año más. Apenas queda. Objetivo superado. El 13 ha muerto, ¡Viva el 14!. Brinde con una copa de cava, de vino, o un abrazo por favor. 
  
Machacona Navidad: pon, pon, pon... En el portal de Belén... pon, pon, pon... ¡Joder, dona, ya les vale!.
  
Hipocresía política: paz en la Tierra. Hipocresía social: amaros los unos a los otros. Amor: te quiero más que a mi vida, como el bolero.
  
A los idos, a los caídos, a los vencidos, a los viejos, a los pobres, a los enfermos, a los desahuciados. A la soledad impuesta.
  
Beba, que nada ni nadie malogre las navidades. Beba, olvidemos el pasado amargo y volvamos al bendito amor. Beba, propósitos de enmienda. Beba, viabilidad en el nuevo año de una posible esperanza que tal vez nos permita dejar de ser blancos de aquellos que son verdugos de excepción y martirio. Beba, Asturias patria querida. Beba, trae una juma de mucho cuidado. Beba y siga bebiendo. ¡Auxilio, socorro! ¿Necesita ayuda: un psiquiatra, un cura... La Guardia Civil? ¿Necesita información? Ay, eso imposible, nadie podrá ayudarle porque hubo un barrido informático masivo y no hay datos... No sabemos nada. "Así estamos, consternados y rabiosos", le dice Benedetti al Che, pero sobre todo aturdido y abrumado anda el pueblo sin saber a qué atenerse. 
  
Quedarse solo en la palabra es sesgar la realidad. Es dejarse engañar. Es pasar de soslayo por la vida. Lo dijo bien claro la madre superiora del convento, "A todas, Él dijo a todas, hermanas". (La intolerancia y el desprecio, el sentido absoluto de la verdad, es como el fúrtbol, se juega a dos bandas). 

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