lunes, 30 de diciembre de 2013

F2, estúpido, F2

Los informáticos y yo estamos reñidos y mi ordenador lo sabe. 
  
Ayer domingo se fue la luz, era muy temprano cuando se fue, y yo me puse en lo peor al ver que no estaba, pero volvió, estuvo un rato fuera, diez minutos o así, y cuando volvió (a Dios gracias) en la pantalla de mi ordenador solo había palabras y números en inglés... ¿Y ahora qué, Dios mío? Era domingo, ¿y ahora qué, Dios mío, y ahora qué? Me puse nervioso... desesperado. La Dama que no me deja ir me recomienda, llegado un caso de desesperación, ir de urgencias al cajón de la mesita y tomarme una pastillita blanca, la más pequeña de todas. Eso me hice: de todas la más pequeña. Y la tomé. Pero mi cuerpo ya no responde a las pastillitas... ¡Joder, dona, y todo desde que tú te fuiste!. Entonces, como siempre que me voy (en contra de mi voluntad) sin haberme ido, corro a Les Seniaes a gritar. Y grité y grité hasta la hora de comer. Y por si un aquel volví a encender el ordenador y todo seguía igual: la pantalla estaba sembrada de palabras y números en inglés... El maligno ideó el asunto, encontró quien apagara la luz e hizo conmigo un experimento... Y ahí está el drama: creí morirme de ignorancia. Así el domingo. Ni misa, ni vermú, ni Cristo el Jesús, ni Dios, ni la María... Solo desesperación. Todo domingo.
  
La ignominiosa traición de la informática.
  
Y luego de una noche infernal llegó el lunes... Llamé a la compañía de seguros y la primera impresión del informático que el disco estaba rayado, y que tenía mala pinta el asunto. No obstante, en el transcurso del día me llamaría un informático de verdad y quedaría conmigo para que se le explicara... Explicarle yo a un informático, pensé y casi vuelvo a Les Seniaes a gritar... Pero tenía que quedarme por si el informático llamaba... tenía que ser valiente. Y llamó, me acaba de llamar para ser más exacto. Y me preguntó si en la última fila traía escrito F2. Sí, le respondí... Pues dele a la tecla F2. Y ya todo volvió a ser como antes. El propio ordenador me fue guiando los pasos y aquí estoy felizmente esperando que me vuelva a llamar el informático para decirle que, efectivamente, era cuestión pulsar la tecla F2. Luego le agradecerá los servicios prestados. Ojalá me sirva la lección para otro domingo si me vuelve a pasar algo parecido. Los errores de ayer tuvieron arreglo hoy. Veremos.

5 comentarios:

  1. ¿Me puedo reír? Es que casi suelto la carcajada pero mejor pido tu permiso.

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  2. No, no te puedes reír. Estoy de muy malas pulgas... Beso.

    Salud.

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  3. Jajajaja eres tan gracioso, y que estés de malas pero muy malas pulgas me hace reír más.

    ¿Me perdonas porfis?

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  4. No te perdono. Y tendrás remordimiento... y no dormirás... y ya pensaré qué más cosas tendrás. Beso.

    Salud.

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