domingo, 1 de diciembre de 2013

Canto del cisne

Demencia:
el camino más alto y más desierto.
  
Oficios de las máscaras absurdas; pero tan humanas.
Roncan los extravíos;
tosen las muecas
y descargan sus golpes,
afónicas lamentaciones.
 
Semblantes inflamados;
dilatación vidriosa de los ojos
en el camino más alto y más desierto.
 
Se erizan los cabellos del espanto.
 
La mucha luz alaba su inocencia.
 
El patio del hospicio es como un banco
a lo largo del muro.
 
Cuerdas de los silencios más eternos.
 
Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.
 
¿A quién llamar?
¿A quién llamar desde el camino
tan alto y tan desierto?
 
Se acerca Dios en pilchas de loquero,
y ahorca mi gañote
con sus enormes manos sarmentosas;
y mi canto se enrosca en el desierto.
 
¡Piedad!.
 
El timbre de mis ojos
esparce intimidad.
Mi piedad de rodillas
se arroba en los suspiros del ocaso
(palomas de violeta).
¡Mis manos palpan el color de misa!.
 
Jacobo Fijman, poeta argentino, murió delirante en un internado psiquiátrico el uno de diciembre de 1942.

2 comentarios:

  1. Que dejo tan triste de este poema,
    tan doloroso,
    tan un grito de ayuda.

    Pobre poeta tan atormentado que escribía de tal forma.

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  2. Psicosis delirante... Mal asunto. Beso.

    Salud.

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